La diversidad existe en múltiples elementos en un mundo globalizado, de los cuales podríamos rescatar como básicos: género, religión, raza, pero hay un elemento que no ha sido analizado a profundidad como factor de la diversidad y ese hace referencia algo mucho más profundo lo que puede apreciarse a primera vista, la diversidad de pensamiento.
La empatía
La diversidad de pensamiento ayuda a fortalecer la capacidad de empatía con diferentes experiencias, perspectivas y habilidades que nos hacen a cada uno de nosotros seres únicos. Somos tan diversos como únicos y es por eso que cuando conocemos, entendemos y cuando entendemos somos capaces de multiplicar nuestro potencial y nuestra capacidad de innovar, convirtiéndonos agentes transformadores. Si bien puede ser muy enriquecedor conocer y convivir con personas de diferentes religiones, géneros y culturas, es mucho más retador sacar lo mejor de ti para consensuar con alguien que piensa distinto. ¿Lo has intentado?
Lo anterior ha llevado al mercado laboral y reclutadores a ampliar su campo de búsqueda, para encontrar a la persona ideal para cada uno de los puestos, pues el elemento humano, su creatividad y intelectualidad, es lo hace la diferencia en los productos o servicios ofrecidos a los consumidores.
En el mismo orden de ideas, ha crecido la demanda de profesionistas con una visión más amplia de los mercados internacionales, lo cual hace necesaria la gestión de la diversidad corporativa como un factor de innovación para la organización.
Debemos estar listos para recibir e incluir a personas con diversos perfiles en nuestras vidas, que enriquezcan nuestra cultura, aprendizajes y sentido de adaptación. En la actualidad lo único constante es el cambio y la diversidad es un elemento que ayuda disminuir la resistencia él, pues el trato diario con personas que poseen una visión distinta de las situaciones comunes fortalece la nuestra capacidad de adaptación.
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